Cuando se trata de transformar la cultura, usar el Liderazgo Basado en Valores (VBL en inglés) como base, puede ser un gran cambio de juego. Las organizaciones que fomentan un enfoque de liderazgo basado en valores, crean conexiones que tienen un impacto significativo en los resultados de la organización, incluyendo los niveles más altos de compromiso, los niveles más bajos de rotación y una mayor alineación en torno al propósito y la misión de una empresa. Los valores claramente articulados, y los comportamientos que los apoyan, ayudan a guiar a los miembros del equipo en la forma en que interactúan entre sí y con los clientes o usuarios.
Al establecer los valores para una empresa, es importante tener muchas opiniones en el proceso. Hemos visto organizaciones en las que un líder tiene ideas sólidas sobre cuáles deberían ser los valores y luego hace todo el trabajo excluyendo a sus colegas. Este enfoque no tiene el mismo beneficio que un grupo de personas que están totalmente dedicadas a la organización, trabajando juntas para articular lo que realmente importa con respecto a la cultura. ¡Hay más aceptación cuando es un esfuerzo de equipo y no sólo la idea de un individuo!
Creemos que cada persona es un líder y que cada persona tiene la opción de liderar, vivir y trabajar de acuerdo con sus valores personales. Sin embargo, si desea que una cultura tome los valores y los comportamientos que la organización ha articulado, es imperativo que el liderazgo de la organización los modele. Sería mucho más fácil si las organizaciones pudieran cambiar de abajo hacia arriba o incluso desde el medio, pero las organizaciones no funcionan de esa manera. La mayoría de las organizaciones son conducidas de arriba hacia abajo, con líderes de alto nivel en los controles. Determinan si una cultura se mueve, lo que los convierte en los verdaderos creadores de cambio.
El modelado es una de las herramientas más poderosas en la caja de herramientas de liderazgo. La idea es simple: “Si quieres que otros hagan algo, debes hacerlo primero”. Los valores pierden credibilidad cuando el liderazgo habla del tema, pero no recorre el camino. El liderazgo superior necesita modelar los nuevos comportamientos requeridos por la cultura que desean crear, y no sólo modelar el éxito, sino también cometer errores, y luego reconocer esos errores y avanzar mejor y más fuerte. Porque, de hecho, eso es lo que todos harán en el proceso. Aprender, cometer errores, volver a levantarse y volver a hacerlo. Cuanto más puedan ser intencionales los líderes para vivir los comportamientos que se han articulado y cuanto más puedan repetir estos comportamientos, más neuropatías se crean y más fácil se vuelve. Se vuelve cada vez más automático con el tiempo.
Una vez que el liderazgo senior está alineado y los valores están articulados, es hora de implementarlos en la organización. Esto significa integrarlos en todo, desde orientación y capacitación hasta reconocer y recompensar comportamientos centrados en valores. Fomentar e iniciar conversaciones basadas en valores. Comience una reunión enfocándose en un comportamiento particular. Hable sobre lo que significa, cómo se ve, dónde aparece y cuándo crea desafíos. Pregunte: “¿Qué diferencia habría si cada asociado pudiera vivir ese comportamiento de valor un poco más?”. Mantenga las conversaciones y mantenga los comportamientos frescos en la mente de las personas.
Brinde retroalimentación afirmativa a las personas que demuestran comportamientos de esos valores. Ken Blanchard habla sobre tomarse unos minutos cada día para afirmar lo que las personas hacen bien, darles algunos comentarios sobre el desarrollo y recordarles la misión de la organización. Este enfoque es muy útil para avanzar hacia una cultura basada en valores. Construir una cultura basada en valores requiere un compromiso profundo y mucho trabajo, pero cuando se dedica el tiempo y la energía para hacerlo, ¡los resultados son increíbles!
¿Qué está haciendo su organización para transformar su cultura y mejorarla?
